Prevención: Manejo Defensivo

A pesar de que nadie quiere sufrir o producir un accidente de tránsito no existen accidentes sin causa. Los accidentes son productos de errores y/o fallas, por lo tanto deben desecharse argumentos tales como ‘mala suerte’, ‘el destino’, etc. Estar en las mejores condiciones físicas y mentales: la fatiga, estados emocionales negativos (disgusto, preocupación, tensión,…

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A pesar de que nadie quiere sufrir o producir un accidente de tránsito no existen accidentes sin causa. Los accidentes son productos de errores y/o fallas, por lo tanto deben desecharse argumentos tales como ‘mala suerte’, ‘el destino’, etc.

Fallas más comunes

  • Violaciones o infracciones a la Ley de Tránsito: las disposiciones en ella contenidas tienen como objetivo fundamental el ordenamiento del tránsito en las diferentes vías y la seguridad de los usuarios. En consecuencia, violar las disposiciones de la legislación equivale a activar un riesgo de accidente. Si analizamos la causa de accidentes el 95% se derivan de infracciones a la ley de tránsito.
  • Vehículos en mal estado: son un peligro inminente de accidentes los automóviles con neumáticos desgastados, sin la presión adecuada, con las luces en mal estado, falla en los frenos, frenos desparejos (desplazamiento lateral), ajuste defectuoso del volante, luces y señalizadores que no funcionen.
  • Falta de Urbanidad: algunas personas ‘conducen como viven’, hay una relación entre los trastornos de la personalidad con los accidentes, esto tiene que ver con el comportamiento del conductor: la falta de paciencia con otros conductores lleva a discutir y alterarse en el volante, lo que aumenta considerablemente el riesgo de accidente.

Estar en las mejores condiciones físicas y mentales: la fatiga, estados emocionales negativos (disgusto, preocupación, tensión, temor, etc.), drogas, alcohol van a contribuir a una mala conducción y aumentar el riesgo de un accidente.

Importantes Consejos
  • Al arrancar su vehículo verifique los retrovisores evitando tener que ajustarlos mientras conduce. Del mismo modo siempre use la protección reglamentaria: cinturón de seguridad o casco.
  • Hágase ver. Acostúmbrese a usar las luces, aunque sea de día y maneje por la ciudad, encienda las luces. de este modo podrá hacerse ver con más facilidad por otros conductores y por peatones.
  • En una doble avenida cuando debe esperar para realizar un giro, hágalo con las ruedas y el vehículo ‘mirando’ al frente. De este modo, en caso de que un vehículo le choque desde atrás, evitará pasar al otro lado de la calle y sufrir un choque frontal por los vehículos que vienen de frente; recién cuando tenga la seguridad para cruzar la calle haga el giro de las ruedas e inicie la marcha. No olvide que el manejo defensivo consiste en estar preparado para el fallo de los demás conductores y peatones y evitar el accidente.
  • Indique movimientos o maniobras con el señalero, al menos unos 20 metros antes de realizarlas.
  • En el semáforo, deje una distancia prudencial con el vehículo del frente y la mejor manera de medir esa distancia es consiguiendo ver completamente las ruedas traseras del vehículo que está adelante. Con esto se tiene un espacio de seguridad en caso de recibir un choque de atrás, evitando dañar el frente de nuestro vehículo; así también se tiene un espacio para poder realizar una maniobra en caso de que el vehículo que está adelante no inicie su marcha por desperfecto o cualquier otro motivo.

Riesgos más importantes en el tránsito

Lluvia. Puede producir superficies de tránsito resbalosas, afecta la visibilidad, produce charcos. A una velocidad de 50 km/h los neumáticos barren el pavimento apoyándose directamente sobre el asfalto; a una velocidad de 90km/h los neumáticos ruedan completamente apoyados sobre el agua, desapareciendo la fricción con el asfalto para frenar. Este fenómeno es conocido como Aquaplaning o Hidroplaneamiento. Defensa, la técnica de manejo defensivo a aplicar ante la lluvia y el aquaplaning o hidroplaneamiento: reducir la velocidad para que los neumáticos recuperen su fricción.

Visibilidad. Durante la lluvia o debido a la neblina puede verse afectada seriamente la visibilidad, dificultando ver y hacerse ver; el 90% de las decisiones que tomamos al conducir están basadas en lo que vemos. Defensa, la técnica de manejo defensivo a aplicar ante la falta de visibilidad: disminuir la velocidad y ante la duda o inseguridad tras el volante detener la marcha hasta que las condiciones de manejo seguro estén dadas.

Riesgos derivados del vehículo. El vehículo es el principal elemento que debe controlarse o cuidarse por parte de los conductores, casi siempre cometemos el error de despreocuparnos de las condiciones o estado del vehículo. A medida en que el vehículo no se mantenga en buenas condiciones aumentan significativamente los riesgos de accidentes. Defensa, técnicas de manejo defensivo a aplicar ante los riesgos derivados del vehículo: revisar regularmente las condiciones de neumáticos, dirección y alineación de las ruedas, frenos, luces traseras y delanteras, limpiaparabrisas, tubo de escape y silenciador, vidrios, dirección, bocina, espejos, cinturones de seguridad, etc.

Riesgos derivados del tránsito. Cada vez hay más vehículos, el parque automotriz crece, las calles están cada vez más congestionadas y hay menos lugar para transitar, maniobrar y estacionar. Defensa, técnicas de manejo defensivo a aplicar ante riesgos derivados del tránsito: avise siempre a otros conductores de sus maniobras a través de las luces de dirección o señaleros, hágalo con cierta anticipación, al menos unos 30 mts antes de realizar la maniobra. Durante la marcha o al detenerse en semáforos no se acerque mucho al vehículo que está delante, esto le dará un espacio seguro ante un retroceso del vehículo de en frente y en caso de marcha le dará tiempo de frenar en caso de que el vehículo de frente realice una maniobra o un frenado brusco.

Riesgos derivados del conductor. Cualquier persona que asuma la dirección de un vehículo deberá estar en condiciones físicas y psíquicas normales. Si está bajo efectos del cansancio, fatiga, estado emocional, disgusto, preocupación, temor, euforia, etc., o bajo los efectos de drogas o alcohol constituye un factor de alto riesgo de producir un accidente. Sabida es la relación entre el alcohol y los accidentes de tránsito. El alcohol no estimula el sistema nervioso central, por el contrario lo deprime. En el cerebro el alcohol primero deprime el área de las funciones superiores, lo cual incluye el juicio, entendimiento, raciocinio, etc. Seguidamente ataca las funciones motoras simples, tiempo de reacción, visión y el equilibrio, la coordinación y la percepción sensorial. Una persona tiene una concentración de alcohol en la sangre de 0,15% o más (aproximadamente de 5 a 8 tragos) su posibilidad de sufrir un accidente es cerca de 10 veces más que un conductor que no ha ingerido alcohol.